Alemania planea despedir a Arne Schönbohm, jefe de la agencia nacional de seguridad cibernética (BSI) ante los informes de que tenía contactos con los servicios de inteligencia rusos, informaron el lunes fuentes gubernamentales. El Ministerio del Interior aseguró que está “tomando los informes en serio” e “investigandolos exhaustivamente”.
Schönbohm en 2012 cofundó una asociación con sede en Berlín conocida como el Consejo de Seguridad Cibernética de Alemania, que asesora a empresas, agencias gubernamentales y legisladores sobre cuestiones de seguridad cibernética. Esa asociación ahora en el punto de mira por supuestos contactos con los servicios secretos rusos.
Según una investigación de un popular programa de sátira de la emisora ZDF, Schönbohm todavía mantiene contacto con la asociación. Asimismo, el diario “Handelsblatt” informó que había “gran malestar” dentro del Gobierno de coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales por las acusaciones. El Ministerio del Interior está “examinando todas las opciones sobre cómo lidiar con la situación”, informó.
Por su parte, el Consejo de Seguridad Cibernética de Alemania negó las acusaciones en un comunicado en su sitio web el lunes, calificándolas de “absurdas”.
Durante los últimos años, Alemania ha acusado repetidamente a Rusia de intentos de espionaje cibernético. El incidente de más alto perfil atribuido a los “hackers” rusos hasta la fecha fue un ataque cibernético en 2015 que paralizó la red informática de la Cámara Baja del Parlamento, el Bundestag, lo que obligó a desconectar a toda la institución durante días mientras se reparaba. Rusia negó estar detrás de tales actividades.
Las tensiones entre Rusia y Alemania solo se han intensificado desde la invasión de Ucrania por parte de Moscú. El BSI ha advertido que las empresas, las personas y la infraestructura crítica corren el riesgo de ser atacados por ciberataques rusos.
Las acusaciones contra Schönbohm se produjeron cuando la Policía alemana estaba investigando un acto de “sabotaje” en la infraestructura ferroviaria del país, y algunos funcionarios señalaron con el dedo a Rusia tras las explosiones del oleoducto Nord Stream.
El sábado se cortaron importantes cables de comunicaciones en dos sitios, lo que obligó a detener los servicios ferroviarios en el norte durante tres horas y provocó el caos en los viajes de miles de pasajero.
Fuente: https://www.larazon.es/internacional/europa/20221012/nppmovxot5ggjcnaz6atobxcyi.html