Las empresas proveedoras de servicios enfrentan la necesidad constante de adaptarse rápidamente a un entorno en evolución. La transformación digital y la aceleración tecnológica han llevado a que las organizaciones busquen soluciones de seguridad que no solo sean efectivas, sino también ágiles y personalizables a sus necesidades específicas. En este contexto, es fundamental que los proveedores de servicios de seguridad desarrollen procesos de toma de control que sean tanto eficientes como flexibles, capaces de adaptarse a los cambios tecnológicos y a los requerimientos únicos de cada cliente.
Para lograrlo, es necesario superar ciertos desafíos estratégicos que se presentan al intentar mantener un equilibrio entre la actualización constante de conocimientos y la alineación con los procesos internos de los clientes. La capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías y de integrarse sin fricciones con las estructuras operativas de los clientes son aspectos críticos para ofrecer un servicio de alta calidad y consolidarse como un socio confiable en la protección de sus activos. A continuación, exploraremos las estrategias clave para enfrentar estos retos y asegurar que el enfoque de toma de control sea realmente eficiente y valioso para nuestros clientes.
Los desafíos importantes para aplicar ese enfoque radican en dos retos clave: el primero es ¿cómo nos adaptamos rápidamente a la proliferación de nuevas tecnologías?; y el segundo, ¿cómo podemos alinearnos con los procesos internos de nuestros clientes sin generar mayores cambios en nuestro funcionamiento interno?
Para abordar el primer desafío, es esencial la capacitación continua y mantenerse al día con las tendencias tecnológicas. Esto implica generar conversaciones constantes con nuestras alianzas, estar alineados con nuestra área comercial, conocer los problemas de nuestros clientes. Esto nos permite entender cuáles son las tecnologías que lideran la solución de esos problemas y adaptarnos a ese conocimiento.
En cuanto al segundo desafío, es fundamental trabajar con marcos de ciberseguridad y de gobernanza, priorizando las fases de Identificación. Debemos identificar los activos críticos, evaluar los riesgos, entender los controles de seguridad, conocer planes de contingencia y estrategias de respuesta ante incidentes. Con ese conocimiento inicial lograr alinear nuestros procesos internos a la realidad del cliente y así ofrecer servicios que el cliente valore.
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Autor
Camilo Sepúlveda
Encargado de calidad y de productos